Refranes: su historia y significado
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Refranes: su historia y significado
“Apaga y vámonos”
Se usa cuando al ver que una cosa toca a su fin, o cuando se oye o se ve algo disparatado o sin sentido.
Su origen parece venir como casi todas de la voz popular; al parecer en el pueblo de Pitres, Granada; en dicha localidad, dos sacerdotes, se disputaban una plaza de capellán, y apostaron quién de ellos decía la misa más rápida. El primero oyendo al segundo como comenzaba la celebración diciendo: “Ite, misa est”, que es la frase en latín con la que se concluía tras la bendición final, le dijo al monaguillo que sujetaba la vela: “apaga y vámonos”.
Se usa cuando al ver que una cosa toca a su fin, o cuando se oye o se ve algo disparatado o sin sentido.
Su origen parece venir como casi todas de la voz popular; al parecer en el pueblo de Pitres, Granada; en dicha localidad, dos sacerdotes, se disputaban una plaza de capellán, y apostaron quién de ellos decía la misa más rápida. El primero oyendo al segundo como comenzaba la celebración diciendo: “Ite, misa est”, que es la frase en latín con la que se concluía tras la bendición final, le dijo al monaguillo que sujetaba la vela: “apaga y vámonos”.
Paula- Admin
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Re: Refranes: su historia y significado
"Echarle a uno el muerto"
La expresión echar el muerto y sus variantes echar el muerto a casa, a puerta ajena o al vecino, se utilizan comúnmente para imputar a un tercero la culpa de lo que no ha hecho. Al parecer, el origen de la expresión se remonta a la Edad Media. Según las leyendas medievales, cuando dentro del término de un pueblo aparecía el cadáver de una persona muerta de forma violenta y no se llegaba a esclarecer quién había cometido el asesinato, los habitantes de dicho municipio estaban obligados a pagar una multa. Para evitar saldar la sanción, que se conoce como homicisium, los vecinos aguzaban el ingenio hasta límites insospechados. Uno de los recursos más utilizados era no airear el hallazgo, meter el cadáver o cadáveres en sacos y, en la oscuridad de la noche, arrojarlos en el término de otro pueblo próximo. Echar el muerto a otro pueblo vecino equivalía, pues, a cargarle con la responsabilidad de un crimen y con la multa correspondiente, salvo que se entregara o se capturara al asesino
La expresión echar el muerto y sus variantes echar el muerto a casa, a puerta ajena o al vecino, se utilizan comúnmente para imputar a un tercero la culpa de lo que no ha hecho. Al parecer, el origen de la expresión se remonta a la Edad Media. Según las leyendas medievales, cuando dentro del término de un pueblo aparecía el cadáver de una persona muerta de forma violenta y no se llegaba a esclarecer quién había cometido el asesinato, los habitantes de dicho municipio estaban obligados a pagar una multa. Para evitar saldar la sanción, que se conoce como homicisium, los vecinos aguzaban el ingenio hasta límites insospechados. Uno de los recursos más utilizados era no airear el hallazgo, meter el cadáver o cadáveres en sacos y, en la oscuridad de la noche, arrojarlos en el término de otro pueblo próximo. Echar el muerto a otro pueblo vecino equivalía, pues, a cargarle con la responsabilidad de un crimen y con la multa correspondiente, salvo que se entregara o se capturara al asesino
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Re: Refranes: su historia y significado
”Ser más feo que Picio”
Para ponderar la fealdad de alguien se dice que es más feo que Picio, supuesto personaje a quien de feo que era, le dieron la unción con caña, por lo asustado que estaba el párroco. El autor José María Sbarbi asegura haber hablado con personas que conocieron a Picio, un zapatero de principios de siglo que vivió en el pueblo granadino de Alhendín. Se dice que este hombre fue condenado a muerte, pero que hallándose en capilla recibió el indulto. La impresión de la noticia le produjo la pérdida total del pelo, aparte de una serie de increíbles deformaciones en el rostro que le hicieron pasar a la leyenda española como símbolo de la fealdad física.
Para ponderar la fealdad de alguien se dice que es más feo que Picio, supuesto personaje a quien de feo que era, le dieron la unción con caña, por lo asustado que estaba el párroco. El autor José María Sbarbi asegura haber hablado con personas que conocieron a Picio, un zapatero de principios de siglo que vivió en el pueblo granadino de Alhendín. Se dice que este hombre fue condenado a muerte, pero que hallándose en capilla recibió el indulto. La impresión de la noticia le produjo la pérdida total del pelo, aparte de una serie de increíbles deformaciones en el rostro que le hicieron pasar a la leyenda española como símbolo de la fealdad física.
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Re: Refranes: su historia y significado
"Estar en Babia"
Babia es una apartada comarca leonesa que linda con Asturias. Regada por un afluente del río Luna, Babia era un lugar de descanso preferido por los Reyes de León, en la baja Edad Media. Con cierta frecuencia, el monarca, harto de los asuntos de palacio y las intrigas de los nobles, empeñados en instaurar un régimen feudal semejante al de Europa septentrional, se apartaba a este lugar paradisíaco y alejado de los campos de batalla. Estas ausencias reales motivaban a menudo la inquietud de los vasallos, a quienes, cuando preguntaban por su señor, se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia. La expresión se hizo proverbial y pasó a la lengua común para describir a quien está distraído y ajeno a la realidad. Como curiosidad, Babia era un lugar famoso por sus caballos pequeños y robustos. Se cuenta que el caballo del Cid Campeador procedía de este lugar. De ahí su nombre, Babieca
Babia es una apartada comarca leonesa que linda con Asturias. Regada por un afluente del río Luna, Babia era un lugar de descanso preferido por los Reyes de León, en la baja Edad Media. Con cierta frecuencia, el monarca, harto de los asuntos de palacio y las intrigas de los nobles, empeñados en instaurar un régimen feudal semejante al de Europa septentrional, se apartaba a este lugar paradisíaco y alejado de los campos de batalla. Estas ausencias reales motivaban a menudo la inquietud de los vasallos, a quienes, cuando preguntaban por su señor, se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia. La expresión se hizo proverbial y pasó a la lengua común para describir a quien está distraído y ajeno a la realidad. Como curiosidad, Babia era un lugar famoso por sus caballos pequeños y robustos. Se cuenta que el caballo del Cid Campeador procedía de este lugar. De ahí su nombre, Babieca
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Re: Refranes: su historia y significado
“Atar los perros con longaniza"
Esta frase se remonta a principios del siglo XIX, y más concretamente a Candelario, un pueblo de la provincia de Salamanca cerca de Béjar, muy famoso por sus embutidos, en el que vivía un conocido fabricante de chorizos que se llamaba Constantino Rico, “El choricero”, cuya figura la inmortalizaría el pintor Bayeu en un tapiz que hoy se puede ver en el Museo del Prado.
“El choricero” tenía su factoría en la que trabajaban varias empleadas, en los bajos de su casa y en una ocasión, una de ellas, en la que la prisa la acuciaba por las circunstancias, no se le ocurrió más que atar a un perrito a la pata de un banco, usando, una ristra de las longanizas que estaba embutiendo, en ese momento, entró un muchacho, hijo de otra de las trabajadoras a dar un recado a su madre y presenció boquiabierto la escena, salió rápidamente a de divulgar que en casa del “Choricero” se atan los perros con longaniza.
La expresión, se hizo habitual en el pueblo y se difundió por toda España, y se utiliza cuando se hace ostentación de riqueza y derroche
Esta frase se remonta a principios del siglo XIX, y más concretamente a Candelario, un pueblo de la provincia de Salamanca cerca de Béjar, muy famoso por sus embutidos, en el que vivía un conocido fabricante de chorizos que se llamaba Constantino Rico, “El choricero”, cuya figura la inmortalizaría el pintor Bayeu en un tapiz que hoy se puede ver en el Museo del Prado.
“El choricero” tenía su factoría en la que trabajaban varias empleadas, en los bajos de su casa y en una ocasión, una de ellas, en la que la prisa la acuciaba por las circunstancias, no se le ocurrió más que atar a un perrito a la pata de un banco, usando, una ristra de las longanizas que estaba embutiendo, en ese momento, entró un muchacho, hijo de otra de las trabajadoras a dar un recado a su madre y presenció boquiabierto la escena, salió rápidamente a de divulgar que en casa del “Choricero” se atan los perros con longaniza.
La expresión, se hizo habitual en el pueblo y se difundió por toda España, y se utiliza cuando se hace ostentación de riqueza y derroche
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Re: Refranes: su historia y significado
“ Quien fue a Sevilla perdió su silla”
Cuentan que durante el reinado en Castilla de Enrique IV de Trastámara, un sobrino de don Alonso de Fonseca -arzobispo de Sevilla- fue a su vez designado arzobispo de Compostela. Pero, suponiendo el tío que a su sobrino le costaría mucho tomar posesión de su cargo por las constantes revueltas en Galicia, le quiso facilitar las cosas...
Por ese motivo se ofreció para adelantarse a Santiago de Compostela y allanarle el camino. A cambio, le pidio a a su sobrino que lo reemplazase en los negocios de su sede en Sevilla.
Efectivamente, así se hizo y con el mejor resultado, de manera que una vez que don Alonso, concluida la gestión, regresó a Sevilla, se halló con la desagradable sorpresa de que su sobrino se resistía a abandonar la sede que regenteaba, alegando que el arreglo había sido permanente.
Para solucionar el problema, se hizo necesaria la intervención del Papa y hasta la del propio rey Enrique. El joven, una vez que regresó a Santiago, terminó preso y sentenciado a cinco años de condena por otros delitos, pero su carrera continuó y llegó a ocupar los más altos cargos eclesiásticos, teniendo que ceder su arzobispado a su propio hijo.
De aquel suceso, muy comentado en su tiempo, nació el dicho que seguramente en su origen debió ser el que se fue "de" Sevilla, perdió su silla y no como lo conocemos hoy, el que se fue "a" Sevilla, perdió su silla, porque en realidad, don Alonso no fue a Sevilla sino a Santiago de Compostela, para lo cual debió irse de Sevilla y... dejar su silla
Cuentan que durante el reinado en Castilla de Enrique IV de Trastámara, un sobrino de don Alonso de Fonseca -arzobispo de Sevilla- fue a su vez designado arzobispo de Compostela. Pero, suponiendo el tío que a su sobrino le costaría mucho tomar posesión de su cargo por las constantes revueltas en Galicia, le quiso facilitar las cosas...
Por ese motivo se ofreció para adelantarse a Santiago de Compostela y allanarle el camino. A cambio, le pidio a a su sobrino que lo reemplazase en los negocios de su sede en Sevilla.
Efectivamente, así se hizo y con el mejor resultado, de manera que una vez que don Alonso, concluida la gestión, regresó a Sevilla, se halló con la desagradable sorpresa de que su sobrino se resistía a abandonar la sede que regenteaba, alegando que el arreglo había sido permanente.
Para solucionar el problema, se hizo necesaria la intervención del Papa y hasta la del propio rey Enrique. El joven, una vez que regresó a Santiago, terminó preso y sentenciado a cinco años de condena por otros delitos, pero su carrera continuó y llegó a ocupar los más altos cargos eclesiásticos, teniendo que ceder su arzobispado a su propio hijo.
De aquel suceso, muy comentado en su tiempo, nació el dicho que seguramente en su origen debió ser el que se fue "de" Sevilla, perdió su silla y no como lo conocemos hoy, el que se fue "a" Sevilla, perdió su silla, porque en realidad, don Alonso no fue a Sevilla sino a Santiago de Compostela, para lo cual debió irse de Sevilla y... dejar su silla
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Re: Refranes: su historia y significado
" Estar sin blanca"
Tal y como están las cosas, supongo que es común, lamentablemente, decir aquello de “estar sin blanca”, que viene de decir que uno no tiene ni un céntimo en sus bolsillos.
El origen de este dicho se remonta a los tiempos de Felipe II, cuando existía una moneda que se llamaba así, blanca, que valía la mitad de un maravedí. Esta moneda, la blanca, tenía un valor muy bajo, como el céntimo del que hablaba hace un momento en el primer párrafo. Por lo tanto, no tener ya ni una blanca significaba estar en la más absoluta de las ruinas.
Cervantes escribió: “Echó mano a la faldriquera la señora Tenienta, y halló que no tenía blanca”. Años y años han pasado desde entonces y hoy es tan cierta esta frase como entonces, los españoles seguimos sin tener ni blanca. Estamos como la señora Tenienta de Cervantes, con la faldriquera vacía. Llegarán tiempos mejores, eso seguro.
Tal y como están las cosas, supongo que es común, lamentablemente, decir aquello de “estar sin blanca”, que viene de decir que uno no tiene ni un céntimo en sus bolsillos.
El origen de este dicho se remonta a los tiempos de Felipe II, cuando existía una moneda que se llamaba así, blanca, que valía la mitad de un maravedí. Esta moneda, la blanca, tenía un valor muy bajo, como el céntimo del que hablaba hace un momento en el primer párrafo. Por lo tanto, no tener ya ni una blanca significaba estar en la más absoluta de las ruinas.
Cervantes escribió: “Echó mano a la faldriquera la señora Tenienta, y halló que no tenía blanca”. Años y años han pasado desde entonces y hoy es tan cierta esta frase como entonces, los españoles seguimos sin tener ni blanca. Estamos como la señora Tenienta de Cervantes, con la faldriquera vacía. Llegarán tiempos mejores, eso seguro.
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Re: Refranes: su historia y significado
" Que te den morcilla"
¿A quién no le han dicho alguna vez eso de “que te den morcilla”? Pues sepan ustedes que cuando les dicen esto lo que están deseando es su muerte, tal y como vamos a descubrir al ver el origen de este dicho.
Hace mucho tiempo, afortunadamente, el método para acabar con los perros callejeros en las ciudades era terrible y brutal. Se trataba directamente de matarlos, de acabar con ellos sin mayores miramientos. ¿Cómo? Los empleados del ayuntamiento buscaban esos perros vagabundos y les daban de comer morcilla envenenada con estricnina. Sin duda, un método expeditivo, lo que me lleva a otro dicho “muerto el perro, se acabó la rabia”. De ahí viene el dicho "que te den morcilla" y como ya les decía, viene a decir que nos deberían tratar como a aquellos pobres perros.
Más tarde este método, que a mi personalmente me retuerce las tripas, fue sustituido por la captura de los perros callejeros y su reclusión en algún centro, tal y como ocurre actualmente con las perreras municipales. Escribiendo esto me viene a la cabeza la siguiente frase, que no sé muy bien quién pronunció (¿Lord Byron?) que reza: “cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro”. Y con esta son tres las frases o dichos utilizados en esta entrada, no está mal la cosa. Mi perro, perra en este caso, es ese animalito que está durmiendo en la foto que acompaña la entrada. El otro animalito soy yo.
Por cierto, nada tiene que ver el dicho tratado en la entrada con el de “vete a freír morcilla”, usado para despreciar a alguien de un modo más suave, y que bien puede usar como elemento a cocinar la morcilla, los espárragos o incluso unas monas.
¿A quién no le han dicho alguna vez eso de “que te den morcilla”? Pues sepan ustedes que cuando les dicen esto lo que están deseando es su muerte, tal y como vamos a descubrir al ver el origen de este dicho.
Hace mucho tiempo, afortunadamente, el método para acabar con los perros callejeros en las ciudades era terrible y brutal. Se trataba directamente de matarlos, de acabar con ellos sin mayores miramientos. ¿Cómo? Los empleados del ayuntamiento buscaban esos perros vagabundos y les daban de comer morcilla envenenada con estricnina. Sin duda, un método expeditivo, lo que me lleva a otro dicho “muerto el perro, se acabó la rabia”. De ahí viene el dicho "que te den morcilla" y como ya les decía, viene a decir que nos deberían tratar como a aquellos pobres perros.
Más tarde este método, que a mi personalmente me retuerce las tripas, fue sustituido por la captura de los perros callejeros y su reclusión en algún centro, tal y como ocurre actualmente con las perreras municipales. Escribiendo esto me viene a la cabeza la siguiente frase, que no sé muy bien quién pronunció (¿Lord Byron?) que reza: “cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro”. Y con esta son tres las frases o dichos utilizados en esta entrada, no está mal la cosa. Mi perro, perra en este caso, es ese animalito que está durmiendo en la foto que acompaña la entrada. El otro animalito soy yo.
Por cierto, nada tiene que ver el dicho tratado en la entrada con el de “vete a freír morcilla”, usado para despreciar a alguien de un modo más suave, y que bien puede usar como elemento a cocinar la morcilla, los espárragos o incluso unas monas.
Paula- Admin
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Re: Refranes: su historia y significado
Muy buenos refranes de España por supuesto, por ejemplo, el de el que se fué a Sevilla perdió su silla, acá decimos, el que se fué a la Villa perdió su silla, al final lo mismo. Me encantan los refranes y ya me pondré a buscar algunos mexicanos para dejarlos aquí, muy buen hilo
Greek- Admin
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Re: Refranes: su historia y significado
" Dar en el clavo"
Esta expresión, seguramente, será asociada con la acción de martillar, clavar... y nada más alejado de la verdadera procedencia del dicho.
En la Antigüedad, existía un juego infantil llamado "hito", que consistía en fijar un vástago o un gran clavo a cierta distancia de los participantes quienes, desde su lugar, arrojaban unos tejos anillados de hierro, de manera que el éxito en el juego lo lograban quienes conseguían acertar con el aro en el hito.
Y como el hito solía ser de hierro -por lo general, se trataba de un clavo- la expresión dar en el clavo vino a significar lo mismo.
Con el tiempo y como sucedió con casi todos los dichos populares, la gente comenzó a utilizarlo con otro sentido, en este caso, como equivalente de acertar en la solución de alguna cosa complicada y difícil.
Esta expresión, seguramente, será asociada con la acción de martillar, clavar... y nada más alejado de la verdadera procedencia del dicho.
En la Antigüedad, existía un juego infantil llamado "hito", que consistía en fijar un vástago o un gran clavo a cierta distancia de los participantes quienes, desde su lugar, arrojaban unos tejos anillados de hierro, de manera que el éxito en el juego lo lograban quienes conseguían acertar con el aro en el hito.
Y como el hito solía ser de hierro -por lo general, se trataba de un clavo- la expresión dar en el clavo vino a significar lo mismo.
Con el tiempo y como sucedió con casi todos los dichos populares, la gente comenzó a utilizarlo con otro sentido, en este caso, como equivalente de acertar en la solución de alguna cosa complicada y difícil.
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Re: Refranes: su historia y significado
" Dorar la píldora"
Desde siempre, los medicamentos (infusiones, polvos, brebajes...) se han caracterizado por tener un sabor amargo, lo cual los hacía molestos en el momento de tener que tragarlos, pero eso era considerado algo natural, tanto como lo era el hábito de tener que soportar el dolor.
Hoy, todos sabemos que esos botoncitos compuestos por distintas variedades de productos medicinales llamados píldoras suelen estar integrados -por lo general- por elementos de sabor amargo y desagradable al paladar.
De ahí, que los antiguos boticarios, tal como se sigue haciendo en el día de hoy en los modernos laboratorios farmacéuticos, para disfrazar o disimular ese desagradable sabor, acudiesen al recurso de dorar la píldora con alguna substancia de gusto azucarado y suave al paladar, de manera que se facilitara la acción de tragar el medicamento.
Ese es el sentido de la expresión dorar la píldora, que hoy aplicamos en el lenguaje diario para hacer o decir algo de una forma más suave y tratando de no herir a quien nos escucha.
Desde siempre, los medicamentos (infusiones, polvos, brebajes...) se han caracterizado por tener un sabor amargo, lo cual los hacía molestos en el momento de tener que tragarlos, pero eso era considerado algo natural, tanto como lo era el hábito de tener que soportar el dolor.
Hoy, todos sabemos que esos botoncitos compuestos por distintas variedades de productos medicinales llamados píldoras suelen estar integrados -por lo general- por elementos de sabor amargo y desagradable al paladar.
De ahí, que los antiguos boticarios, tal como se sigue haciendo en el día de hoy en los modernos laboratorios farmacéuticos, para disfrazar o disimular ese desagradable sabor, acudiesen al recurso de dorar la píldora con alguna substancia de gusto azucarado y suave al paladar, de manera que se facilitara la acción de tragar el medicamento.
Ese es el sentido de la expresión dorar la píldora, que hoy aplicamos en el lenguaje diario para hacer o decir algo de una forma más suave y tratando de no herir a quien nos escucha.
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Re: Refranes: su historia y significado
" Entrar con el pie derecho "
Esta es una expresión que desde hace mucho tiempo solemos utilizar para significar el comienzo favorable de una empresa, aunque comúnmente se sostiene que la locución es una forma residual de alguna práctica supersticiosa.
Lo cierto es que tiene su origen en la rúbrica de los Misales donde, por motivos arcanos se prescribe que el celebrante, una vez comenzado el introito y al disponerse a subir las gradas del altar, debe iniciar su marcha con el pie derecho, esto es, entrar con el pie derecho.
Curiosamente, esta costumbre se ha mantenido a pesar de su procedencia pagana.
Por extensión, comenzó a aplicarse el dicho para referirse a la acción que prenuncia la buena suerte necesaria en la iniciación de una tarea y su culminación con éxito.
Esta es una expresión que desde hace mucho tiempo solemos utilizar para significar el comienzo favorable de una empresa, aunque comúnmente se sostiene que la locución es una forma residual de alguna práctica supersticiosa.
Lo cierto es que tiene su origen en la rúbrica de los Misales donde, por motivos arcanos se prescribe que el celebrante, una vez comenzado el introito y al disponerse a subir las gradas del altar, debe iniciar su marcha con el pie derecho, esto es, entrar con el pie derecho.
Curiosamente, esta costumbre se ha mantenido a pesar de su procedencia pagana.
Por extensión, comenzó a aplicarse el dicho para referirse a la acción que prenuncia la buena suerte necesaria en la iniciación de una tarea y su culminación con éxito.
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Re: Refranes: su historia y significado
" Meterse en camisa de once varas "
La locución tuvo su origen en el ritual de adopción de un niño, en la Edad Media.
El padre adoptante debía meter al niño adoptado dentro de una manga muy holgada de una camisa de gran tamaño tejida al efecto, sacando al pequeño por la cabeza o cuello de la prenda. Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada.
La vara (835,9 mm) era una barra de madera o metal que servía para medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar la dimensión de la camisa que, si bien era grande, no podía medir tanto como once varas (serían más de nueve metros).
La expresión meterse en camisa de once varas se aplica para advertir sobre la inconveniencia de complicarse innecesariamente la vida.
La locución tuvo su origen en el ritual de adopción de un niño, en la Edad Media.
El padre adoptante debía meter al niño adoptado dentro de una manga muy holgada de una camisa de gran tamaño tejida al efecto, sacando al pequeño por la cabeza o cuello de la prenda. Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada.
La vara (835,9 mm) era una barra de madera o metal que servía para medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar la dimensión de la camisa que, si bien era grande, no podía medir tanto como once varas (serían más de nueve metros).
La expresión meterse en camisa de once varas se aplica para advertir sobre la inconveniencia de complicarse innecesariamente la vida.
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Re: Refranes: su historia y significado
" No dejar títere con cabeza "
Todos sabemos que los títeres son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual.
En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que el célebre Don Quijote haya podido arremeter como lo hizo, contra el retablo del maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza.
La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.
Todos sabemos que los títeres son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual.
En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que el célebre Don Quijote haya podido arremeter como lo hizo, contra el retablo del maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza.
La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.
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Re: Refranes: su historia y significado
" Quién te ha vidto y quién te ve "
Según cuenta el obispo de Mondoñedo, fray Antonio de Guevara, en tiempos de las revueltas de las Comunidades de Castilla había en un pueblo de Ávila un clérigo de origen vasco, partidario y ferviente defensor del líder de la revuelta Juan de Padilla, a quien señalaba desde el púlpito como "verdadero rey de Castilla, y no el tirano que ahora nos gobierna".
Pero resultó que, una vez, el propio rebelde Juan de Padilla apareció con sus tropas y, tal como era la costumbre de la época, devastó las bodegas del lugar para abastecer a sus huestes.
Una vez que se fue, el clérigo del lugar subió de nuevo al púlpito y habló al pueblo, pero ahora con un mensaje distinto, diciendo "habéis visto cómo pasó por aquí don Juan de Padilla y cómo sus soldados no me dejaron gallina viva, no tocino, ni estaca, ni tinaja sana. Os digo esto porque, de aquí en adelante, no deberéis rogar a Dios por él, sino por el rey don Carlos y la reina doña Juana, únicos reyes verdaderos...".
Como es de suponer, la gente comenzó a aplicar la frase ¡quién te ha visto y quién te ve! para referirse al sentimiento que despierta una persona que en un tiempo fue pujante, feliz, sana o rica y ahora se encuentra débil, triste, enferma o pobre
Según cuenta el obispo de Mondoñedo, fray Antonio de Guevara, en tiempos de las revueltas de las Comunidades de Castilla había en un pueblo de Ávila un clérigo de origen vasco, partidario y ferviente defensor del líder de la revuelta Juan de Padilla, a quien señalaba desde el púlpito como "verdadero rey de Castilla, y no el tirano que ahora nos gobierna".
Pero resultó que, una vez, el propio rebelde Juan de Padilla apareció con sus tropas y, tal como era la costumbre de la época, devastó las bodegas del lugar para abastecer a sus huestes.
Una vez que se fue, el clérigo del lugar subió de nuevo al púlpito y habló al pueblo, pero ahora con un mensaje distinto, diciendo "habéis visto cómo pasó por aquí don Juan de Padilla y cómo sus soldados no me dejaron gallina viva, no tocino, ni estaca, ni tinaja sana. Os digo esto porque, de aquí en adelante, no deberéis rogar a Dios por él, sino por el rey don Carlos y la reina doña Juana, únicos reyes verdaderos...".
Como es de suponer, la gente comenzó a aplicar la frase ¡quién te ha visto y quién te ve! para referirse al sentimiento que despierta una persona que en un tiempo fue pujante, feliz, sana o rica y ahora se encuentra débil, triste, enferma o pobre
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Re: Refranes: su historia y significado
" Ser chivo expiatorio"
Este dicho proviene de una práctica ritual de los antiguos judíos, por la que el Gran Sacerdote, purificado y vestido de blanco para la celebración del Día de la Expiación ("purificación de las culpas por medio de un sacrificio" elegía dos machos cabríos, echaba a suerte el sacrificio de uno, en nombre del pueblo de Israel y ponía las manos sobre la cabeza del animal elegido -llamado el Azazel- al que se le imputaban todos los pecados y abominaciones del pueblo israelita.
Luego de esta ceremonia, el macho sobreviviente era devuelto al campo por un acólito y abandonado a su suerte, en el valle de Tofet, donde la gente lo perseguía entre gritos, insultos y pedradas.
Por extensión, la expresión ser el chivo expiatorio adquirió entre nosotros el valor de hacer caer una culpa colectiva sobre alguien en particular, aun cuando no siempre éste haya sido el responsable de tal falta.
Este dicho proviene de una práctica ritual de los antiguos judíos, por la que el Gran Sacerdote, purificado y vestido de blanco para la celebración del Día de la Expiación ("purificación de las culpas por medio de un sacrificio" elegía dos machos cabríos, echaba a suerte el sacrificio de uno, en nombre del pueblo de Israel y ponía las manos sobre la cabeza del animal elegido -llamado el Azazel- al que se le imputaban todos los pecados y abominaciones del pueblo israelita.
Luego de esta ceremonia, el macho sobreviviente era devuelto al campo por un acólito y abandonado a su suerte, en el valle de Tofet, donde la gente lo perseguía entre gritos, insultos y pedradas.
Por extensión, la expresión ser el chivo expiatorio adquirió entre nosotros el valor de hacer caer una culpa colectiva sobre alguien en particular, aun cuando no siempre éste haya sido el responsable de tal falta.
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Re: Refranes: su historia y significado
" Se le subieron los humos "
Existía entre los romanos, la tradicional costumbre de adornar el atrio de las viviendas con los bustos y retratos de toda su ascendencia, con el objeto de demostrar la longitud y la importancia de su linaje.
Estos objetos, por efecto del humo y del paso del tiempo, adquirían una coloración oscura de la que los habitantes de la casa solían ufanarse, ya que cuanto más intensa era esa pátina de ranciedad, más crecía la respetabilidad de la familia, en base a la memoria de sus ancestros.
Ese es el origen de la expresión tener muchos humos que hoy aplicamos análogamente para manifestar la fea actitud de quien actúa con engreimiento y presunción inmoderados.
El mismo valor adquirió la locución subirse los humos a la cabeza.
Existía entre los romanos, la tradicional costumbre de adornar el atrio de las viviendas con los bustos y retratos de toda su ascendencia, con el objeto de demostrar la longitud y la importancia de su linaje.
Estos objetos, por efecto del humo y del paso del tiempo, adquirían una coloración oscura de la que los habitantes de la casa solían ufanarse, ya que cuanto más intensa era esa pátina de ranciedad, más crecía la respetabilidad de la familia, en base a la memoria de sus ancestros.
Ese es el origen de la expresión tener muchos humos que hoy aplicamos análogamente para manifestar la fea actitud de quien actúa con engreimiento y presunción inmoderados.
El mismo valor adquirió la locución subirse los humos a la cabeza.
Paula- Admin
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Re: Refranes: su historia y significado
" Zapatero, a tus zapatos "
Según los testimonios de los historiadores Valerio Máximo y Plinio, el Viejo, la frase fue pronunciada en cierta oportunidad por Apeles, el pintor griego más célebre de la Antigüedad. Este artista acostumbraba a exponer sus cuadros en la plaza pública y así podía escuchar directamente la opinión de la gente acerca de sus trabajos.
En cierta oportunidad, Apeles había expuesto el retrato de una persona importante de su ciudad y un zapatero que pasaba por el lugar, se detuvo a observar la obra y criticó la forma de una de las sandalias del personaje.
Apeles acató la observación del zapatero, llevó la obra a su taller, la rectificó y nuevamente la llevó al lugar de exposición.
Cuando el zapatero volvió a contemplar el cuadro, al ver que el pintor había acatado su sugerencia, se sintió autorizado para extender sus críticas a otros aspectos del retrato, lo que motivó que Apeles, al escuchar esos comentarios, lo encarara y le dijera: zapatero, a tus zapatos.
La expresión, desde entonces, se usa como consejo a quien pretende juzgar asuntos ajenos en los que no es experto.
Según los testimonios de los historiadores Valerio Máximo y Plinio, el Viejo, la frase fue pronunciada en cierta oportunidad por Apeles, el pintor griego más célebre de la Antigüedad. Este artista acostumbraba a exponer sus cuadros en la plaza pública y así podía escuchar directamente la opinión de la gente acerca de sus trabajos.
En cierta oportunidad, Apeles había expuesto el retrato de una persona importante de su ciudad y un zapatero que pasaba por el lugar, se detuvo a observar la obra y criticó la forma de una de las sandalias del personaje.
Apeles acató la observación del zapatero, llevó la obra a su taller, la rectificó y nuevamente la llevó al lugar de exposición.
Cuando el zapatero volvió a contemplar el cuadro, al ver que el pintor había acatado su sugerencia, se sintió autorizado para extender sus críticas a otros aspectos del retrato, lo que motivó que Apeles, al escuchar esos comentarios, lo encarara y le dijera: zapatero, a tus zapatos.
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